Desesperada por él, ofrecí ayudar a mi vecino a estudiar y acabé suplicándole que me follara al ver su gran verga

Desesperada por él, decidí ofrecerle ayuda a mi vecino para estudiar, pero lo que empezó como un gesto inocente pronto se convirtió en algo mucho más ardiente. Mientras revisábamos los apuntes, la tensión entre nosotros crecía, y cada vez que lo miraba, no podía evitar pensar en su gran verga. En un momento de deseo incontrolable, terminé suplicándole que me follara. La necesidad de sentirlo dentro de mí superó cualquier inhibición, y en ese instante supe que no podría resistirlo. Cada embestida me llevaba al borde de la locura, transformando un simple estudio en una explosión de placer que no podría olvidar.